Te conocí en un bazar

entre cuadros, y revistas, camisetas, discos y jeans

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viernes, junio 30, 2006

Fuera de época

Encontré esto que escribí el año pasado después de ir al concierto de Jeanette. Felizmente siempre habrá quienes nos guste leer, escuchar, vestir, bailar cosas desactualizadas...
“Hay personas que merecen el recuerdo y personas que merecen el olvido”. Con esta frase una voz en off, al estilo de Campanita leyéndonos el cuento de la niñez grabado en casette, nos introducía al universo de Jeannette. “Hubo una época que era luz y alegría (...) bienvenidos a este momento mágico...”. Sí que lo fue. “Corazón de poeta” abrió la noche, y aunque el público no empezó a exhibir su emoción hasta después, Jeannette fue recibida cálidamente, luego de 23 años de larga espera. En “Por qué te vas”, su segunda canción, la española dejó claro que este concierto no sería como se esperaría que fuera. Animada, bailaba al compás de la canción y decía “Podéis cantar, eh?. Yo sé que soy romántica, que canto baladas, pero esta noche los quiero ver bailar”. “Cállate niña”, de Pic nic (grupo previo a su carrera en solitario) cogió desprevenido a los inexpertos en su biografía y mostró una de las razones que hacen que ella sea especial: sus letras. En este caso, la dulzura de su voz contrastaba con la crudeza del tema, así como en otros su supuesta ingenuidad se mezclaba con su escondida audacia.
Cuando llegó “Frente a Frente”, Jeannette preguntó si conocíamos a Manuel Alejandro, y el respetable, en su mayor parte base 4 o 5, evidenció que el suyo había sido un consumo apasionado, a ciegas, sin internet para googlear a los compositores y sin esperar que el dj de la época diera mayor información. Entonces sólo importaba la voz de la ídola, suspirar mirando el techo y soñar que les daban bola. Como debió haber sido para mi prima Gloria, que alguna vez cuando yo era chica y la miraba, perpleja, en ese estado, me dijo: “Ya entenderás, flaca”. Ahora que entiendo, también sé que Manuel Alejandro fue el creador de los éxitos que hicieron famosa a Jeannette, responsable de que la recordemos rebelde, como si siempre hubiera sido así. “Cuando estoy con él” y “Toda la noche oliendo a ti” fueron momentos únicos: lágrimas irreprimibles, señoras vibrando. Por primera vez en un concierto mis brazos se movieron siguiendo a la masa, en lo alto, de izquierda a derecha, dejándome sentir ridícula, graciosa, triste, contenta, incrédula, feliz. Como cuando uno recuerda amores platónicos, imposibles, o posibles que mejor no lo hubieran sido. Cantando en su vestido de raso rojo, modelo del 79, Jeannette era el mejor ejemplo de ser mujer y nada más. Y sus botas blancas fueron la pista que dio cuando nuevamente la masa quedó casi muda ante la pregunta de si conocían a la hija de Frank Sinatra. “This boots are made for walking” fue un regalo divertido, en medio de un set de clásicas rockeras, y menciones a Elvis y Chuck Berry como ejemplos a seguir. Quién lo hubiera pensado! Nos animaba a cantar, movernos y desafiar los límites entre la zona vip y la popular, más atrás. Abandonando las sillas, la multitud se acercó al escenario y la llenó de regalos.
Humo, juegos de luces, y banda con ¡director de orquesta! fueron detalles perfectos para una noche bizarra. Los músicos no eran suyos y las canciones se descuadraban. Su voz no era la óptima ni la que recordábamos. Quizá algún curioso hubiera dicho “¡manga de locos, tía desubicada”. Pero si a Jeannette no le importaba que yo desafinara tanto, a mí tampoco me importaba que ella lo hiciera. Hay personas que merecen el recuerdo y una segunda oportunidad para sorprender.
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viernes, junio 09, 2006

la semana que pasó

ví un perro morado
casi no llego a votar por ver "El Club de los Cinco"
Kristy montó una cebra
Anita se metió en una bolsa
lloré con la muerte de Charles Xavier
y mi hermana menor me dijo que cuando ve Candy le dan ganas de ser de los malos.
 
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